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Si te da ansiedad marcar un número o contestar una llamada, no estás solo. A muchas personas de la Gen Z les incomoda hablar por teléfono, y aunque los mensajes de texto y los DMs nos han salvado muchas veces, hay situaciones de la vida adulta que sí o sí requieren una llamada.
¿Por qué nos cuesta tanto hablar por teléfono?
1. No crecimos hablando por teléfono
Mientras generaciones anteriores pasaban horas al teléfono fijo, la Gen Z creció en la era de WhatsApp, notas de voz y redes sociales. La comunicación escrita y asincrónica se volvió la norma.
2. Miedo a lo inesperado
En una llamada no hay edición ni filtros. No puedes pensar tu respuesta con calma, ni eliminar lo que dijiste. Eso genera ansiedad en una generación acostumbrada a tener más control sobre sus interacciones.
3. Falta de práctica
Como cualquier habilidad social, hablar por teléfono mejora con la práctica. Pero si casi nunca lo hacemos, es normal que nos sintamos torpes, nerviosos o poco seguros.
¿Por qué es importante mejorar esta habilidad?
Aunque no nos guste, hablar por teléfono sigue siendo clave para muchas cosas de la vida cotidiana:
- Agendar una cita médica.
- Resolver un problema con tu banco.
- Pedir información de un trámite.
- Hacer una entrevista de trabajo.
Saber hacerlo no solo te ahorra tiempo, sino que también te ayuda a resolver problemas de forma más efectiva y directa.
¿Qué puedes hacer para mejorar?
1. Ensaya antes de llamar
Anota lo que necesitas decir, posibles preguntas y respuestas. Tener un guion te dará seguridad y te ayudará a ir al punto.
2. Empieza por llamadas pequeñas
Llama a un familiar o amigo para practicar. Después, ve subiendo el nivel: pide una pizza por teléfono o llama a hacer una reservación.
3. Respira y no te exijas perfección
No pasa nada si tartamudeas o te confundes. Lo importante es lograr comunicar lo que necesitas. Con el tiempo, ganarás fluidez y seguridad.
4. Recuerda que del otro lado hay una persona
Quien contesta la llamada también es humano. No está esperando que seas perfecto, solo que seas claro y respetuoso.
Conclusión
Hablar por teléfono puede ser incómodo al principio, pero es una habilidad necesaria para resolver muchas situaciones de la vida adulta. La buena noticia es que, como cualquier soft skill, se puede entrenar. No dejes que la ansiedad te limite: da el primer paso y empieza a practicar.
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